Una parte de la comunidad cristiana evangélica de Venezuela celebró la Marcha para Jesús el pasado 2 de agosto, saliendo a las calles. Alrededor de este evento se han generado numerosas controversias. Eso explica que muchos cristianos evangélicos decidieran no participar de esta marcha en Venezuela.
Está claro que muchos ciudadanos si salieron de buena fe, con las mejores intenciones, las de celebrar el nombre de Jesús en las calles venezolanas. El evento, años anteriores se realizaba el 12 de octubre y este último año fue cambiado al 2 de agosto, negociaciones con el gobierno mediante.
Según los anteriores organizadores de la marcha, la misma se realizaba el 12 de octubre, no solo como una expresión pública de fe, sino como una forma de hacer “guerra espiritual” por los ritos paganos que se practican ese mismo día, por ejemplo, en la famosa montaña de Sorte, llena de prácticas espiritistas e idolátricas.
Él antiguo pastor y organizador de la Marcha para Jesús en Venezuela, Aristóteles López (quien coordinó el evento hasta el 2017), se vio obligado a exiliarse principalmente por la creciente presión política y las amenazas directas del régimen. Este hombre no quería que la marcha fuese cooptada políticamente. Fue tal la presión recibida que el hombre recibió intimidaciones y amenazas, tanto él como su familia, lo cual hizo que se tuviese que marchar del país.
A pesar de toda esta situación, el actual organizador, Hugo Díaz, junto a otros líderes evangélicos tendieron lazos con el actual gobierno de Nicolás Maduro. Lo cierto es que el régimen chavista ha empleado muchas estratagemas para manipular a la iglesia y coludirse con líderes evangélicos a gusto y placer. Vamos por partes.
Pongo un poco de contexto. Estos últimos años, luego de “acuerdos” entre algunos líderes evangélicos (o quienes dicen representar al sector evangélico) y el chavismo se realizaron algunas políticas: el gobierno lanzó el bono “el buen pastor”, ofreció dádivas a varias iglesias y “proveyó” de equipamientos básicos a muchos templos cristianos (en el Plan Iglesia Bien Equipada). Al margen de que la iglesia no debería recibir bonos ni pensiones del estado, todo lo que otorgó el régimen en planes ha sido una absoluta miseria.
Justamente lo que hay que lograr es lo contrario, la iglesia cristiana no está para solicitar dádivas y pensiones del gobierno. Cuento esto porque es en este contexto en el que se adscriben las negociaciones por la marcha para Jesús. El gobierno, por tanto, quitó el 12 de octubre como fecha de la marcha ponderando, en cambio, a ritos paganos que practican santeros. babalaos y paleros, puesto que, además, el régimen decretó el 12 de octubre como Día de la resistencia indígena.
Vale hacer una aclaración, no todos los pastores y ministros adhieren a lo que han echo estos últimos líderes y ministros evangélicos alineados al chavismo, quienes se arrogaron la representación de la comunidad evangélica en general haciendo negociaciones con el actual régimen de Maduro.
Por otro lado, se estableció un viceministerio de Asuntos Religiosos y Cultos, adscrito al Ministerio del Interior y Justicia, el cual depende directamente de Diosdado Cabello, uno de los jefes del Cartel de los Soles. El mismo Diosdado se reunió varias veces con algunos pastores afines al régimen. Esta acción de la dictadura tiene como único fin controlar lo que sucede en el mundo evangélicos ya que ellos saben que a pesar del caos que vive el país, la iglesia evangélica ha tenido un crecimiento considerable.
Es decir. ¿Qué ha perseguido el chavismo con todas estas iniciativas? Controlar la narrativa del gobierno en los sectores evangélicos y preservar la poca popularidad que tiene el régimen dentro del mundo cristiano.
En este contexto, el presidente ilegítimo Nicolás Maduro emitió el decreto número 5.153, en el cual declaró el primer sábado de agosto de cada año como el Día Nacional de «La Marcha para Jesús». En el video anterior se ve el evento realizado por el régimen en el que convocó a varios pastores alineados al chavismo y donde vemos a Hugo Díaz quien se muestra muy complaciente con Nicolás Maduro. De hecho quien lo presenta para dar su alocución en ese evento es el mismo hijo del presidente (Nicolás Maduro Guerra) que menciona que es su “amigo”.
El año 2022, en la marcha para Jesús, el mismo hijo de Maduro subió a la tarima para que le “regalasen” una biblia. “Nicolasito” es uno de los que les gusta hacer lobby con pastores, sacerdotes, santeros y todo tipo de “referente” religioso. Un hábil encantador de serpientes, quien se ha enriquecido con el dinero de todos los venezolanos.
Pero volvamos al decreto del día nacional de la marcha. Uno puede pensar: ¡Qué bueno, se declara la marcha para Jesús a nivel nacional! El régimen lo declaró “patrimonio espiritual de la nación”. Pero si realmente nos preguntamos, ¿Cuál es la injerencia real de este decreto y cuál es su finalidad?
La única finalidad de este decreto del chavismo es dejar a los evangélicos contentos y felices, intentar ganar algo de popularidad con los cristianos cuando detrás del telón se siguen violando flagrantemente todos los derechos humanos y se continúan cometiendo crímenes de lesa humanidad.
Jóvenes y adolescentes encarcelados y torturados, hombres y mujeres desaparecidos. Miles de fallecidos en las marchas sociales y una brutal persecución y represión que se intensificó tras el fraude electoral del pasado 28 de Julio del 2024. No podemos ser ingenuos y pensar que Maduro firmó ese decreto porque es “cristiano”. Recordemos que Nicolas Maduro Moros es un presidente ilegítimo ya que cometió un fraude colosal en las últimas elecciones presidenciales. Fraude evidente ante los ojos del mundo.
En otras palabras, Maduro no lanzó ese decreto por que es como el dice “soy un hombre cristiano”, sino por el contrario, es un líder pagano, lleno de maldad, que ha permitido cuánta hechicería e idolatría pudo. El mismo participa de ritos paganos y espiritistas en la Casa de Gobierno como gran parte de la cúpula que lo rodea.
¿Entonces la marcha para Jesús fue politizada? Si, y no me cabe ninguna duda. Porque se trata del gobierno moviendo los hilos por detrás coludido con pastores y líderes que han perdido todo temor de Dios.
Politizar un evento de fe no es solamente darle el micrófono a un político para que haga campaña o proselitismo político dentro de eventos religiosos. También lo es generar lazos y acuerdos por detrás, recibir beneficios y prebendas del estado, siendo complacientes con un gobierno hechicero, criminal y terrorista. Un gobierno corrupto que ha transgredido todos los límites imaginables y que se siente cómodo y feliz con un liderazgo religioso timorato, complaciente y adulador.
A Maduro le importa un comino la marcha para Jesús y el pueblo evangélico. Simplemente ha hecho este decreto para intentar recuperar algo de la poca credibilidad y aceptación que le queda (si es que le queda alguna).
Por otro lado, este tipo de eventos, con muchos invitados internacionales y una gran puesta en escena cuesta muchísimos miles de dólares, algo que en Venezuela escasea. ¿De dónde sale todo ese dinero? Solo pregunto, como quien quiere saber. El periodista venezolano Juan Bautista Guerra, quien también se encuentra en el exilio, escribió en el portal Evangélico Digital señalando que el evento se financia con los dólares del régimen, un trascendido que ha circulado en algunos círculos cristianos. Realmente no se si es así, pero en todo caso los organizadores tienen que rendir cuentas de los fondos con los cuales se realiza el evento.
Otra vez. no estoy acusando a los invitados internacionales ni a quienes asisten a la marcha, pero remarco la importancia de conocer el transfundo de la cuestión y sobre todo, comprender cómo los regímenes autoritarios se coluden con ciertos líderes para llevar adelante sus malvados planes.
El gobierno venezolano solo buscará generar acuerdos con quienes a ellos no los incomoden y que solo les hablen de versículos lindos de prosperidad y bendición, cuando la nación está llena de iniquidad y corrupción. Ellos siempre estarán cómodos con este liderazgo complaciente, adulador y camaleónico.
Quiera Dios que como iglesia seamos esa voz profética que en muchos países se ha perdido. Pero se que Venezuela tiene líderes íntegros, visionarios y valientes.
La consigna en todo caso, a sabiendas de todo lo que está padeciendo el pueblo venezolano y de las atrocidades que ha cometido este régimen, es llamar al arrepentimiento y volver el rostro a Dios. Sin arrepentimiento no habrá libertad para Venezuela.
Entretener a la gente está muy lindo, todos felices, pero ¿qué pasa cuando las personas vuelven a sus casas? ¿Realmente hay una fe arraigada o es solo una mímica, una fachada de fe pero que carece de sustancia?
Insisto, no me refiero a la gente que de buena fe marcha y celebra a Cristo en las calles, sino a quienes tejen redes por detrás, buscan favores con el régimen y lejos de guiar a las personas a Cristo quieren inflar sus propios egos y mostrar fotos de “multitudes” cuando la mayoría del pueblo realmente está viviendo en penurias.
Se de un remanente en Venezuela que quiere marcar un camino distinto e impactar y transformar la nación, con un corazón sincero, firme y con temor de Dios. Por cierto, escribí un libro sobre la situación política y profética de Venezuela. Lo pueden descargar gratis en este enlace.
Oro por mi amigos y hermanos venezolanos para que tengan la sabiduría y el discernimiento necesarios para comprender cómo opera el poder político, y que todos tengamos la capacidad suficiente para entender los tiempos que estamos viviendo.
Un abrazo
Omar Sarmiento