Cristianos en Política

Vaticano: León XIV pide a los Políticos Católicos que actúen conforme a su fe

El Papa recibió este lunes en el Vaticano a una delegación de representantes políticos y personalidades católicas de Francia. En el encuentro, los animó a ejercer sus responsabilidades sin separar la fe de la vida pública, recordando que el compromiso político de un cristiano debe estar iluminado por su relación con Cristo.

El Pontífice subrayó que las sociedades occidentales atraviesan profundas desviaciones y que, en ese contexto, lo más urgente para los creyentes es volver a Cristo y pedir su ayuda. Recordó además que la salvación alcanzada por Jesús a través de su muerte y resurrección abarca todas las dimensiones de la vida humana, incluida la política.

El Papa advirtió sobre una visión equivocada de la laicidad que dificulta la labor de los políticos creyentes en Francia, pero destacó que un dirigente cristiano está mejor preparado en la medida en que da testimonio de su fe y mantiene viva su comunión con Cristo. «Sin mí no pueden hacer nada», recordó citando el Evangelio de san Juan.

Dirigiéndose directamente a los presentes, insistió en que no existe una división entre el político y el cristiano: la persona pública debe vivir sus compromisos bajo la mirada de Dios y de su conciencia. Por ello, los alentó a profundizar en la doctrina social de la Iglesia y a aplicarla en el ejercicio de sus funciones y en la elaboración de leyes.

León recalcó que la enseñanza cristiana no se opone a la razón ni a la naturaleza humana, sino que busca el bien de todos, incluso de quienes no comparten la fe. Defendió que estas convicciones pueden y deben presentarse en el debate público, ya que promueven sociedades más justas, pacíficas y reconciliadas.

Al mismo tiempo, reconoció que asumir abiertamente la identidad cristiana en la política no es sencillo, especialmente en sociedades donde la fe es marginada o ridiculizada. Por eso, exhortó a los políticos a tener coraje, incluso para decir «no» cuando la verdad está en juego, recordando las palabras de Jesús: «En el mundo tendrán tribulación, pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo».