El evento, organizado por Comfama, se desarrolla este fin de semana en el Claustro y la Plazuela San Ignacio, y revive el debate sobre las espiritualidades en Colombia.
Durante dos días, Medellín se convierte en el escenario de la Feria Brujería, una iniciativa de Comfama que conmemora los 50 años del Primer Congreso Mundial de Brujería, celebrado en Bogotá en 1975.

La feria, que se lleva a cabo ayer y hoy en el Claustro San Ignacio y la Plazuela San Ignacio, reúne a investigadores, artistas, colectivos y practicantes de diversas tradiciones, con una programación que incluye charlas, talleres, conciertos y rituales.
La propuesta invita a reflexionar sobre la presencia de saberes ancestrales, femeninos, indígenas y afrodescendientes en la construcción de la identidad regional.
Según Comfama, el objetivo es reconocer que “los saberes y espiritualidades alternativas siempre han existido y han sido fundamentales para nuestras comunidades, aunque históricamente no hayan tenido un espacio legítimo en el ámbito público”.
El evento retoma el legado del Congreso Mundial de Brujería de 1975, un encuentro pionero que reunió a más de tres mil personas en Bogotá y generó controversia por su carácter transgresor para la época.
Hoy, medio siglo después, la feria propone resignificar la brujería como símbolo de resistencia cultural y espiritual.
Una programación diversa y simbólica
La agenda de la Feria Brujería combina actividades académicas, artísticas y rituales.
El viernes se desarrollan un mercado brujo con amuletos y pócimas, charlas sobre el congreso de 1975, talleres de ilustración, alquimia culinaria, herbolaria y partería, además de presentaciones musicales y recorridos temáticos por el Claustro.
El sábado, la programación continúa con talleres de amuletos y tarot, charlas sobre la brujería desde el feminismo y la cultura popular, lecturas de cartas, debates sobre arte y espiritualidad, proyecciones documentales, danzas y conciertos.
Entre los invitados destacan Julián Sánchez González y Angélica Cuevas Guarnizo, creadores del proyecto Conjuro, junto a artistas y colectivos como Cantaoras del Pacífico, La Casa de Vero, Casatumac, Amelia López, María Iovino, Aurea Oliveira Santos, Bella Álvarez y la Compañía de Danza Afrocontemporánea Wangari.

Críticas y controversia
El representante a la Cámara por Antioquia, Luis Miguel López Aristizábal, ha cuestionado públicamente la realización de la feria y pidió su cancelación.
En sus declaraciones, el congresista considera que “este tipo de actividades no representan los valores que Comfama debería promover” y critica el uso de recursos públicos parafiscales en su financiación.
“Comfama debería centrarse en fortalecer los valores familiares y el trabajo, no en impulsar eventos contrarios a esos principios”, señaló López Aristizábal, quien asegura haber enviado una carta formal solicitando la suspensión del evento.
El parlamentario también se apoya en la Ley 133 de 1994, al afirmar que la brujería no se contempla dentro del marco de la libertad religiosa.
La Feria Brujería revive una discusión vigente: ¿hasta qué punto la espiritualidad alternativa forma parte legítima de la identidad cultural colombiana?