Los líderes religiosos de Taibeh, un histórico pueblo cristiano palestino en Cisjordania, denunciaron una serie de ataques perpetrados por colonos judíos que han afectado a la población local y a sus lugares de culto. Los párrocos de las iglesias latina, greco-ortodoxa y melquita hicieron un llamado urgente a la comunidad internacional y eclesiástica para que intervenga y documente lo que describen como un deterioro alarmante de la situación.

Taibeh, conocida en la antigüedad como Ephraim y mencionada en el Evangelio de Juan como refugio de Jesús tras la resurrección de Lázaro, es hoy la única localidad palestina compuesta íntegramente por cristianos. En las últimas semanas, sus habitantes han sido blanco de agresiones que van desde la destrucción de propiedades hasta incendios intencionales cerca del cementerio bizantino y la iglesia de San Jorge, uno de los templos cristianos más antiguos de la región.
Los sacerdotes locales —padres Bashar Fawadleh, Jack Nobel Abed y Daoud Khoury— expresaron su preocupación por la creciente violencia y señalaron que los ataques ocurren, en muchos casos, bajo la aparente pasividad de las fuerzas militares israelíes. Denuncian que zonas del pueblo, especialmente en su parte oriental, están siendo amenazadas por la expansión de asentamientos ilegales que operan con respaldo tácito del ejército.
Uno de los elementos más graves señalados es la destrucción de cultivos de olivo, base económica de muchas familias en Taibeh, así como restricciones al libre acceso de los agricultores a sus tierras. También se reportaron incendios provocados en viviendas y vehículos en la periferia del pueblo.

Este episodio no es aislado. Los ataques se enmarcan en un contexto de creciente hostilidad en la región, con incidentes similares en otras localidades palestinas como Ein Samia y Kufr Malik, donde los colonos han incendiado propiedades e incluso destruido infraestructuras vitales como el acueducto romano que abastece de agua a miles de personas en el valle del Jordán.
La comunidad cristiana de Taibeh teme, además, la posible confiscación de nuevas tierras agrícolas, como ocurrió en 1977 cuando se estableció el asentamiento de Rimonim sobre territorios previamente cultivados por familias locales.
Los líderes religiosos de Taibeh piden que organismos internacionales y eclesiásticos envíen delegaciones para registrar los daños y presionar por una protección efectiva de las comunidades cristianas en la región. Temen que, mientras el mundo mantiene su atención en la crisis en Gaza, se pase por alto la amenaza existencial que enfrentan las comunidades cristianas más antiguas del mundo en su propia tierra.