Del 14 al 17 de mayo, la ciudad de Asunción será sede de la Cumbre de Naciones por la Paz y la Reconciliación , organizada por Parlamento & Fe Internacional junto al gobierno paraguayo.

En diálogo con Cristiano en Política, Luciano Bongarrá, presidente del Ministerio Internacional Parlamento y Fe, explicó el propósito y el impacto espiritual y social de la Cumbre de Naciones por la Paz y la Reconciliación. Un evento que reunirá a representantes de distintos países. Con un enfoque bíblico y una mirada amplia, la iniciativa busca influir en la vida pública desde valores profundamente cristianos.
¿Qué es la Cumbre de Naciones por la Paz y la Reconciliación? ¿Cuál es su propósito?
Vivimos tiempos convulsionados. Hay guerras entre países, tensiones entre continentes, divisiones en las familias y conflictos personales. En este escenario, los cristianos no podemos ser espectadores: estamos llamados a ser reconciliadores. Por eso nace esta cumbre, como un espacio donde nos alineamos con el mandato de Dios. El apóstol Pablo les dice a los corintios que hemos recibido el ministerio de la reconciliación, como el que Dios ejerció con nosotros a través de Jesucristo. La cumbre tiene precisamente ese propósito: que cada asistente vuelva a su comunidad como un agente de paz y reconciliación.
¿Cuántos países estarán representados?
Contamos con una delegación que reúne a líderes de más de 40 países, incluyendo representantes de Asia y África. Esto le da al evento una dimensión verdaderamente internacional y demuestra que el anhelo de paz no tiene fronteras.

¿Qué vivencia pueden esperar los cristianos que asisten por primera vez a la cumbre?
Quienes se acercan por primera vez a un encuentro de Parlamento y Fe suelen experimentar un cambio profundo en su mirada sobre la política. Muchos creyentes están hoy involucrados en política partidaria, y eso es legítimo. Pero Parlamento y Fe no pertenece ni representa a ningún partido político. Lo que ofrecemos es un espacio distinto, donde abordamos temas públicos desde una cosmovisión cristiana, desde valores que brotan de la Palabra de Dios.
¿Por qué Paraguay?
Elegimos realizar esta cumbre en Paraguay, muy cerca de Argentina, porque es una nación que siempre abrió sus puertas a nuestro ministerio. Hoy, sus autoridades muestran un gran interés en estos temas, y por eso contaremos con funcionarios de primer nivel en nuestros paneles y actividades.

¿Qué experiencia se llevan los políticos no creyentes que participan por primera vez?
Muchos llegan por curiosidad o porque han sido invitados a compartir en algún panel temático. Sin embargo, se marchan con algo mucho más profundo: una visión diferente de la realidad, transformada por el mensaje del Evangelio. Descubren que hay cristianos comprometidos con la vida pública, pero que no anteponen su ideología, sino que buscan ser instrumentos de paz y de reconciliación.
La Biblia dice: “Bienaventurados los que procuran la paz, porque ellos verán a Dios”, y nosotros creemos en esa promesa. Jesucristo fue el primero en trabajar por la paz y por la reconciliación, y ese es el legado que queremos dejar. Esa es la experiencia que se llevan.

¿Has notado cambios concretos en quienes participan, especialmente en los dirigentes?
Sí, los participantes —especialmente los que no son creyentes— se van espiritualmente impactados. No porque la cumbre sea un culto, sino porque allí se abordan temas políticos desde una perspectiva distinta. Lo que más los sorprende es el ambiente de respeto y libertad para expresar sus ideas, sin sentirse juzgados. Muchas veces, la política está asociada a lo turbio, a lo manipulado. Pero también hay políticos honestos, con vocación de servicio y con valores firmes.
Nuestro deseo es mostrarles que hay una forma diferente de hacer política: basada en principios eternos, en la verdad de la Palabra de Dios, y en el amor al prójimo, concluyó Bongarrá.